martes, 12 de octubre de 2010

¿Una nueva religión?

Las Leyes (o principios) de los Bnei Noaj no son otra religión que los judíos tratan de que los no judíos se animen a aceptar. De hecho no son para nada una religión, sino más bien una estructura para crear un mundo mejor, una humanidad mejor basada en la unión de la que todo ser humano puede disfrutar con su Creador.

Aunque a primera vista son cuestiones técnicas, en general el pacto de Nóaj está basado en principios cuyo valor e importancia para crear una sociedad justa y moral son fácilmente reconocidos por la mayoría, si no por todos los pueblos del mundo en nuestros días.

Extraido de: Cabalá y Meditación para las Naciones del Mundo, 
por el Rabino Itzjack Ginsburgh. Página 9, Notas del Editor

Segundo principio: No Blasfemar

Lo que estás apunto de leer podría cambiar drásticamente la óptica que hasta la fecha, has utilizado para analizar cada acontecimiento que sucede en tu vida.

Seguramente mientras vayas leyendo cada párrafo, sonreirás o tu mente atacará tu lectura con pensamientos tales como: “Sí, claro, por supuesto” o “Esto es una tontería”.  Sin embargo, debo recordarte que las cosas más asombrosas son las más simples, y que los secretos mejor guardados son los que están a vista de todo el mundo.

Existe algo llamado “Los siete principios universales”; son leyes que se entremezclan una en la otra y que y derivan del axioma de que existe una fuerza universal causa de todo y de todos. A esta fuerza algunos le llaman naturaleza, otros le llaman Dios. En este ensayo, nosotros llamaremos a esta causa incausada origen de todo “Dios”. Y Dios es el creador de absolutamente todo el mundo que nos rodea, y de absolutamente cada ser vivo que se encuentra en este mundo y en todo el universo. Desde las piedras, hasta el último de los seres humanos. Además, es sabido por todos que no se mueve ni una sola rama de un árbol si Él así no lo permite.

Llevada esta idea hasta su más básica manifestación, podemos pensar que, el conductor delante de ti, aquel que hizo una mala maniobra y por el cual tuviste que frenar bruscamente, o tu jefe que te corrió del trabajo, o esa riña con el vecino, o el avión que esperabas y que se retrasó cuatro horas… todo, absolutamente todo se realizó con el consentimiento de Di-s.

Y por si esta idea te parece difícil de aceptar, es necesario que te prepares para el siguiente axioma: “y además, todo es permitido únicamente por el bien de Sus criaturas”; es decir que todo lo que viviste, vives y vivirás es por tu bien.

Este axioma es una paradoja en sí mismo, y requiere del máximo esfuerzo y estudio para que sea comprendido en su totalidad. Dicen, los que dicen que saben, que podemos comenzar a entender con un simple ejemplo: Una madre, un padre, permite que sus hijos se caigan y se levanten cuando comienzan a aprender a caminar. Y esa caída le permite al niño mantenerse de pié ante la vida. Así, por imposible que parezca, cada tragedia, cada dolor, cada desvelo intenta enseñarnos algo, y no nos suceden porque Di-s nos está castigando, o porque sea injusto o te odie. Ese pensamiento es sencillamente equivocado, impropio.

Ciertamente, si no podemos comprender lo anteriormente mencionado, menos entenderemos lo que es la esencia Divina; la cual es únicamente la de otorgar de modo altruista amor a Su creación. Y debes estar claro de que Su creación es este mundo y todo lo que en él existe, así como el universo en general. Ahora, la pregunta correcta aquí sería ¿Cuál es la esencia de Su creación, es decir, cuál es nuestra esencia? Nosotros solamente somos un manojo de deseos de recibir placer y bienestar al mínimo esfuerzo. ¿Cómo es posible, entonces, que dos naturalezas tan diferentes se relacionen? ¿Cómo es posible entonces que aquella naturaleza superior, el altruismo, desee nuestro bienestar si somos tan patéticos? Bueno, así un padre y una madre buscan el bienestar de sus hijos pese a que estos no sean un ejemplo social.

 Sabemos, instintivamente, que venimos a este mundo a cumplir con una misión. Parte de esta misión es la de mejorar, la de evolucionar; pero debido a nuestra naturaleza, tendemos a quedarnos estáticos en lo que es más cómodo para nosotros. Y permaneceremos en nuestra zona de confort, a menos que los acontecimientos de la vida nos obliguen a salir de ella.

 La Primera Ley de Newton, o Primera Ley de la Inercia postula que un cuerpo no puede cambiar por sí solo su estado inicial, ya sea en reposo o en movimiento rectilíneo uniforme, a menos que se aplique una fuerza o una serie de fuerzas cuyo resultante no sea nulo sobre él.





 Ahora, el dejar la comodidad duele, molesta. Así que siempre buscaremos la forma más cómoda y rápida para realizar lo que tengamos que realizar. En este punto debes saber, que tienes dos caminos para evolucionar; para aprender a caminar. Uno, es el camino del dolor, desesperación y sufrimiento. Otro, es el camino en donde aprendes a poner atención a las señales, a los mensajes, a lo que estás viviendo. Nuestro Creador “utiliza” cualquier medio para comunicarse con nosotros, para hacernos crecer; y nada de lo que nos suceda es verdaderamente “malo”, ¡por mucho que nos duela!

¿No me crees? ¿Te es más sencillo creer en el tarot? ¿Piensas que modificarás tu vida de manera más certera y contundente si en vez de abrir los ojos a tu vida, te vas a dar una limpia?

Te invito a que reflexiones. Analiza algún evento vivido. Seguramente en ese momento no sabías cómo terminaría, ni cuál era la finalidad de éste. Además, estoy seguro que en medio de aquella situación, la desesperación o el dolor te hizo maldecir, dudar de la existencia de una Divinidad, o hasta renegar de tu propia existencia.

El blasfemar, el maldecir, y hasta el insultar al prójimo es una manifestación de que pensamos que Di-s no está en control de todo. Es una confesión abierta de que Él no sabe qué hace y de que es injusto con nosotros. Antes de volver a abrir nuestra boca para expresar estos sentimientos, debes saber que “La blasfemia es una perversión de la expresión del agradecimiento a nuestro Creador en el alma.”

Esto es algo muy duro, y la única manera que tienes para defenderte de todos los sentimientos y tormentos por los que tenemos que pasar, es utilizar nuestra FE. ¿Te parece ilógico? ¿Prefieres una lectura de tarot?

Por Kenya Olivera y Liliana Altamirano